viernes, 25 de junio de 2010

No sólo quema el fuego

Entiendo a la gente que no le gusta leer, pero ¿qué pasa con la gente que no lee y se siente orgullosa de ello? como si se tratase de una moda que demoniza la lectura de libros.

El papel arde a 451 grados fahrenheit. Una vez que el papel es alcanzado por el fuego, es cuestión de segundos para que los años de esfuerzo y los pensamientos reunidos (diría Bradbury) desaparezcan por completo; sin embargo, ¿cuánta indeferencia se necesita para que los libros ardan? ¿cuánto desinterés es necesario para que esas ideas se desvanescan?


No sólo quema el fuego


Quema con desdén las páginas de tus libros
y aprecia el estupor en el espejo del baño.
¡Sí, quémalas! y falta el respeto al antaño
de flores carmesíes y lágrimas de niños.

Las hojas en tropelía forman cálidos vendavales
mientras pierden la pasión liberando cenizas.
¡Cuántas historias arden! las razas mestizas,
los pueblos corrompidos y el inicio de los males.

Las llamas de la felicidad terminan con la razón,
secan las ideas, marchitan el pensamiento,
y te alienan quebrantando los cimientos
dejando a salvo, únicamente el corazón.

Tú piensas que no ocupas más.


José Amilcar Herrera Castro

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